Morita había ido a jugar a casa de su amiga Mila. Volvió esa tarde quejándose de un dolor en la muñeca. Dijo que Mila le había tirado del brazo sin querer, o algo asi. Historias de una nena de tres años. No le dimos mucha importancia, la mimamos y la pusimos a dormir como siempre. Pero cuando a la mañana siguiente se despertó y lo primero que hizo fue mencionar el dolor, nos llamó la atención.
Era Sábado a la mañana y los días de la semana influyen en las desiciones médicas cuando vivís en este país. Nadie quiere nunca terminar en una guardia de emergencias entonces, decidimos llevarla enseguida a un centro de traumatología e imágenes que queda a tres cuadras de casa y que está abierto los Sábados por la mañana.
Para resumir, cuando me senté a esperar a que le sacaran una radiografía a Mora, lei un cartel sobre mamografías 3D y me acordé que tenía este asunto pendiente. No estaba segura si me quería hacer la mamografía. Conversé del tema con mi partera, la que me asistió y siguió desde que nació Mora, y con otras amigas, y lei algunos artículos online. La tecnología de las mamografías está tan avanzada que pueden detectar cada vez más y más pequeñeces en los pechos. Pequeñas partículas que enseguida se consideran sospechosas porque no se sabe que son. Dudas que no te dejan dormir.
"Pero es buenísimo," te dice la mayoría de la gente. "Mirá si no te das cuenta, y eso se trasnforma en un cáncer invasivo?"
Cierto, y este es el dilema. Muchas abnormalidades celulares NO se transforman en cánceres invasivos. El cuerpo las resuelve, las disuelve a tiempo y forma adecuada.
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