jueves, 29 de octubre de 2009

La vida es muy corta para tomar vino barato

Me lo dijo mi amigo Karim Mussi, alias el Turco.

"La vida es muy corta para tomar vino barato," me dijo el Turco con su habitual sonrisa desde el otro lado de la mesa, hace exactamente una semana.

Fue justamente el jueves pasado que me encontre con el Turco despues de siete anios, en un pueblito costero de Nueva Inglaterra. Portsmouth, New Hampshire para ser precisa.

El Turco estaba en viaje de negocios por la costa Este de los Estados Unidos, promocionando y vendiendo los vinos de su bodega Altocedro, a la que vi nacer hacia los finales de 1998 en un paraiso perdido de la provincia de Mendoza llamado La Consulta, donde el Turco tiene sus vinedos.

Yo estaba en el medio de mi ajetreada cotidianeidad en Vermont con los chicos, casa, trabajo freelance y demas actividades en las que siempre estoy metida. Pero luego de una seria cantidad de correspondencia electronica para estar seguros a donde nos ibamos a encontrar, agarre el auto y maneje tres horas hasta Portsmouth para encontrarme con Karim.

Por supuesto, despues de tanto sin vernos y con unas pocas horas para ponernos al dia - nos encontramos a cenar a las 7 y yo me tenia que ir a las 10 - tocamos mil temas y no terminamos ni uno. Pero en el mar revuelto de historias y anecdotas que fueron y vinieron de un lado al otro de la mesa - con un muestrario de delicias libanesas en el medio y dos copas de recomendado Pinot Noir - descubri algo que me fascino en mi viejo amigo.

En todo este tiempo que paso, donde definitivamente dejamos la juventud tardia y entramos a la adultez temprana, el Turco no cambio su escencia.

Cansado, con mas kilos, gastritis, colicos, y demas huellas del paso del tiempo y del stres de supervivir en un pais como Argentina, en donde ser dueno de una pequena bodega y querer crecer es durisimo, el Turco sigue siendo ese ser sensible, jocoso, luchador e idealista que conoci cuando teniamos algo mas que 20 anios. Seguramente habra cambiado y madurado en varios aspectos de su persona que yo no pude ver en tres horas, de la misma manera que yo creo haber cambiado horrores tambien. Pero en el fondo, la escencia perduro, o al menos, asi me parecio.

Cuando le conte que sigo pensando en algun dia volver a la Argentina, el Turco me pregunto: Porque?
Por amigos como vos, Turco.
Y porque la vida es muy corta para tomar vino caros lejos de casa.

Salud!

domingo, 18 de octubre de 2009

Mi huella ecológica

Nunca habia escuchado el termino "huella ecologica" hasta ahora.

Y vos?

Parece ser que cada uno de nosotros, los habitantes de este bonito y maltratado planeta, imprimimos una huella, le dejamos una marca al pobre mundo, de tanto que usamos y abusamos de su generosidad. La huella ecologica.

Y de que tamano es esa huella?

La huella ecologica, segun William Rees, se define como el area de los ecosistemas terrestres y acuaticos que una determinada poblacion requiere para producir los recursos que consume y para asimilar sus desechos.

En otras palabras, si nuestra huella es muy grande, significa que estamos utilizando mucho espacio y mucha agua para satisfacer nuestras necesidades y lidiar con nuestra basura.

Por supuesto, si estas pensando que la huella ecologica de los paises desarrallados es mas significativa que la huella de los paises subdesarrollados, estas en lo cierto.

En algo le ganamos a estos tipos del primer mundo, eh! Al tener economias menos productivas y mas pequenas, tenemos menos ganancia, menos consumo, y menos basura. Por ende, utilizamos menos recursos.

Esto me hace pensar que NO TENEMOS QUE, necesariamente, IMITAR A LOS PAISES DESARROLLADOS en todo. Tenemos que ser intelegentes. Tenemos que, selectivamente, imitarlos en los aciertos, no en los fracasos.

Bueno, y aqui algunos numeros del analisis de este buen Rees, para los amantes de estos caracteres:
  • 5.4 acres per capita: La huella ecologica (eco-footprint) humana promedio
  • 11.1 a 25 acres per capita: La huella ecologica promedio de los paises desarrollados
Obviamente, estos muchachos del primer mundo - entre los que NO me incluyo por yo soy bien gasolera - usan mas que el doble del espacio de los ecosistemas que les corresponde!

Que zarpados!

Bueno, y antes de irme a dormir, les copio un pedacito de uno de los otros articulos que discutimos que me parecio muy gracioso.
El autor es un escritor llamado Colin Beavan y el articulo habla de un experimento que hizo con su mujer, Michelle, durante siete dias en Agosto de 2006, en Manhattan, donde la pareja vive. Colin y Michelle se pusieron de acuerdo para vivir una semana sin dejar huella ecologica - o mejor dicho, dejando la huella menor posible.

Aqui lo que conto este gringo:

"In that one week, we discovered that, without transportation to rush us around and junk-food media to steal our time, there is a different, calmer life to be had right here in Manhattan.
No TV to opress you with news of Britney's failure as a mother. No concerns that charging another pair of Diesel jeans might be declined by Amex. No worrying that the bad cooking oil of the Chinese takeout is clogging your coronary artery. We developed a conciousness for our actions that felt suspiciously akin to living in the moment that the Dalai Lama keeps coming to New York to tell us about.
We got a glimpse of a life with entirely different rhythm. We began to think that, by deprinving us of our Madison Avenue addictions, the no impact experiment might actually make us happier."

Hasta la proxima entrega, si no te moriste del aburrimiento!

Me encanta

Vermont en el Otoño!!!

sábado, 3 de octubre de 2009

Estamos viviendo la Revolución Ecológica?

Los que vivieron durante la Revolución Industrial: Sabían que estaban viviendo una revolución?
Y nosotros?
Estamos viviendo una revolución?
Lograremos darnos cuenta si estamos en el medio de un gran cambio de paradigmas?

No me mires asi. Te pensás que voy a responder a esas preguntas?
No tengo la menor idea siquiera por donde empezar a responderlas, pero eso es lo divertido.

Aquí una definición que me gustó:

Desarrollo sustentable es satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades.
(UN World Commission on Environment and Development)

Las actividades no son sustentables cuando:
  • requiren constantemente de recursos no renovables
  • utilizan recursos renovables más rápido de lo que esos mismos recursos pueden renovarse
  • causan degradación cumulativa en el medio ambiente
  • requieren recursos en cantidades que nunca podrían alcanzar si se incluyera a toda la humanidad
  • causan la muerte de otras formas de vida
También leí un artículo sobre la desaparición de la sociedad Polinesa en la Isla de Pascua y de esas gigantes y misteriosas estatuas de piedra reminiscentes en ese paisaje desolado y esa tierra pobre y pequeña.

¿Cómo se entiende que alguien haya tallado, transportado y eregido semejantes totes de hasta 82 toneladas en una isla desértica de 64 millas cuadradas perdida en el Océano Pacífico?

La isla fue "descubierta" (de acuerdo a la historia que nosotros aprendemos) en 1722 por un navegante Holandés y las crónicas de ese descubrimiento hablan de un lugar que nada se parece al paraiso. Pero teorías ensambladas por paleontólogos y arqueólogos modernos sostienen que miles de años atrás, la isla era un espeso bosque subtropical con altos árboles y arbustos, hierbas y pastos y una variada vida silvestre y marítima. A ese oasis de naturaleza virgen llegaron los colonizadores de la Polinesia 1600 años atrás.

Sin demorarse, estos tipos comenzaron a poblar la isla, armar su circo social y burocrático, y a utilizar los recursos naturales disponibles sin medir consecuencia. Cortaron árboles para construir canoas y para transportar las famosas estatuas de piedra que tallaron previamente en la cantera. De acuerdo a una análisis de polen, unos siglos más tarde, ese bosque espeso ya estaba en vías de extinsión, y con él, la biodiversidad del ecosistema de Pascua. Con el abuso, la isla quedó relegada a su seca suerte y la población fue muriendo lentamente, al igual que las plantas y los animales. Se han encontrado restos de huesos humanos y dagas en la isla, se sospecha canibalismo, y aquellos sobrevientes que alcanzaron a interactuar con la expedición holandesa hablaron de hambruna, terror y anarchía.

Y qué tiene que ver todo esto con nosotros, ahora y aquí?

Pascua es en nuestro planeta lo que nuestro planeta es en el universo. Somos una pequeña isla, con hermosos bosques y biodiversidad, pero estamos utilizando estos recursos sin medir consecuencias. Y de la misma manera que pasó en Pascua, nuestra civilización corre peligro de desaparecer. Supuestamente, ellos no tuvieron de quien aprender. Nosotros no tenemos excusa, digamos.

Para terminar, un último artículo titulado El Gran Cambio (The Great Turning), se refiere al cambio de paradigmas que mencioné al principio. La autora sostiene que los científicos ven claramente que no hay una solución tecnológica mágica que nos salve de las varias crisis que vivimos: la erosión de los suelos de cultivo, la deforestación masiva de bosques, la polución, la extinción de plantas y animales, el cambio climático, las sequías, etc. Por lo tanto, nuevas y alternativas formas de satisfacer nuestras necesidades deben surgir. Pronto. Ya.

Yo no estoy segura del rol de la tecnología en todo esto.
Nos salvaremos gracias a ella o nos hundiremos por tratar de alcanzarla?
Que opinás?
La tecnología nos va a ofrecer mil y una solución a cada una de estas crisis, pero no estoy segura que nos vaya a devolver los recursos extinguidos. Hay que ser cautos.

Según la autora, Joanna Macy, quien a su vez cita a otros autores, estamos viviendo la revolución ecológica ahora mismo. Distinta de la revolución agrícola, que tardó centurias y la revolución industrial, que demoró generaciones, esta revolución es una cuestión de años. Veremos que pasa.

Nuestros ancentros no deben haber tenido idea de que estaban viviendo una revolución, pero nosotros, por el solo hecho de estar leyendo, escribiendo y discutiendo la idea, definitivamente tenemos los ojos más abiertos.

Por supuesto, no hay peor ciego que el que no quiere ver.