lunes, 28 de septiembre de 2015

Cáncer

Me siento hoy a sacar el polvo, sin trapo.
No escribo hace años. Pero todos me recomiendan volver a escribir.
Mis dedos no saben ni como moverse en el teclado. Son como infantes que recién empiezan a caminar. Se tambalean, no saben lo que es el equilibrio, ni la velocidad. Tal vez asi sea mejor, necesito ir despacio para poder pensar.

Pensar.

Pensar en que?

En que quiero pensar?

Que quiero escribir?

En realidad quiero escribir sin pensar demasiado.

Quiero escribir la historia de lo que me pasó en los últimos dos meses. En estos dos meses donde la vida se me dio vuelta como la media que un chico se saca apurado después de un partido de fútbol y queda tirada en el medio del living, sin rumbo ni destino, enterrada entre las mil y una cosa que se tiran en el living de una casa de familia moderna, donde todos van y vienen ocupados y nadie se detiene a pensar en una media.

Asi como esa media quedé cuando la radiológa de Riddle Memorial Hospital me llamó 24 horas después de hacerme una biopsia en el pecho derecho.
"Tus microcalcificaciones son cancerígenas," me dijo por teléfono esa tarde, mientras yo caminaba por la vereda de mi casa para que los chicos no escucharan la conversación.
"Tenes DCIS, es de estadío cero y no invasivo, pero te tenés que tratarte. Tenés que consultar un oncólogo y un cirujano."

En mi vida había escuchado la sigla DCIS, que en inglés significa "ductal carcinoma in situ" y en español, carcinoma intraductal. Es el más inocente e incipiente de todos los tipos y estadíos de cáncer de mama, pero yo en ese momento no lo sabía. No sabía nada del cáncer de mama y no supe más nada de nada. El mundo se silenció de pronto. Solo la palabra cáncer quedó sonando. Nada más.

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La biopsia fue apenas una semana después de hacer mi primer mamografía de rutina, estudio recomendado a partir de cumplir los 40. Como nunca se me ocurrió que yo podía ser buena candidata para el cáncer de mama, no me apuré para hacerla. Cumplí los 41 a principios de Julio y para ser sincera, saqué un turno de pura casualidad.

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