martes, 2 de noviembre de 2010

Cual hoja del otoño

La noticia es oficial. Nos vamos de Vermont.

Anoche les dijimos a los chicos. Sencillo, como son ellos. Papá consiguió un trabajo nuevo cerca de la casa de los abuelos en Philadelphia, y nos mudamos para alla pronto. Papá va a ir primero, después de viajar a Argentina, nosotros vamos después. Hubo algunas preguntas y comentarios, pero la noticia fue recibida con naturalidad y practicidad, tal cual como son los niños. Sin dramas ni complicaciones.

Quién pudiera ser niño toda la vida, no? O al menos conservar esa capacidad de no enroscarse, de disfrutar cada día como viene y por lo que vale, sin preocupaciones por el futuro ni nostalgias por el pasado. Obviamente, yo no. Pero estoy aprendiendo mucho de mis hijos. Dejo que ellos me guíen. Estos últimos meses fueron de mucha intensidad emocional (y laboral, un poco a mi pesar) y mirarlos a ellos jugar me salvó. Verlos apreciar cada instante genuinamente fue como prender una linterna en el medio de una calle oscura. En la boca del lobo. Gracias a ellos, tengo el horizonte claro. Mejor dicho, un poco más claro. Mi horizonte nunca está del todo claro.

No quiero dejar Vermont, no quiero alejarme de esta comunidad en la que invertí mi tiempo y mi corazón, en la que sembré paciencia y esperanza y coseché tantos amigos y colegas y experiencias únicas. No quiero irme de este lugar cuya filosofía adopté como propia, donde crecí como mujer y madre, donde sentí haber encontrado mi lugar en el mundo lejos de casa.
Pero aunque no es mi deseo, ni el resultado de mi búsqueda, si me voy con alegría y si siento que en parte, es mi decisión.

Es mi decisión porque yo tengo el poder de elegir seguir a mi compañero de vida. Es mi decisión porque sobre todas las otras cosas está hacer feliz al hombre que amo y está la felicidad misma de mi familia. Todos tenemos responsabilidad en cada cosa que nos pasa. Y nunca podría estar triste si todos ellos están bien. Mis amigos, mi carrera, mi comunidad, todo pierde significado si ellos no están felices. Es más, he masticado y rumiado este tema hasta el cansancio y ahora estoy contenta. Frente a tanta desgracia y maldad dispersa por el mundo es impensable no estar agradecida por una oportunidad de crecimiento.

Asique mis queridos lectores -- si es que hay alguien ahi todavía siguiendo este blog-- una nueva etapa se abre en mi vida. Y cual hojarasca seca que vuela sin rumbo con el viento otoñal, me dejo llevar con la certeza de que donde caiga me desintegraré solo para reintegrarme. Volveré a mezclarme en la tierra de un barrio nuevo, alimentaré las raíces de algún otro árbol en el invierno, renaceré verde en la próxima primavera y daré sombra en los veranos que vendrán.

Espero que me acompañes y vueles conmigo. Los amigos verdaderos nunca se pierden. Trillado, si, pero hay verdad en los lugares comunes.

Williston en el otoño, dificil de olvidar





El árbol frente a la puerta de mi casa, transformando sus hojas en este otoño.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Personas hermosas como uds podran hacer cualquier lugar del mundo un hogar y un lugar maravilloso. Desde aca te mandamos la mejor de la onda para que esta transicion sea lo mas facil posible.

Anónimo dijo...

Personas hermosas como uds podran hacer cualquier lugar del mundo un hogar y un lugar maravilloso. Desde aca te mandamos la mejor de la onda para que esta transicion sea lo mas facil posible.

Julie Lamaison dijo...

Me diste tantas veces la bienvenida a nuevas etapas de mi vida...hoy yo te doy la bienvenida a esta etapa. Y sabe que siempre voy a acompañarte en todas las "choices" que hagas en tu vida. Te adoro con todo el corazón. Te deseo el mayor de los éxitos. Con mucho amor. Tu hermanita.

Clara dijo...

ay Mariuchi linda que tristeza dejar ese hogar lejos de casa ... pero como bien decis lo importante es la familia y la felicidad de ustedes como tal ... el hogar esta donde uno lo "hace" y el tuyo esta con Nicou, Luci y zach. YO estoy CHOCHA que vas a estar cerquita mio (que egoista!) jajjaja!

te adoro y te ya sabes que estoy, siempre.
clari

M. Constanza (Connie) dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
M. Constanza (Connie) dijo...

Marianita, qué linda que sos... te acordas de esto? Mary es como la primevera...hermosa por dentro, hermosa por fuera...
Eso y el que des todo a tus compañeros de vida, marido, hijos y amigos, va a hacer que lleves lo que te gusta de la vida con vos a todos lados. La tenés clara. Es como decis en este post. Solo me queda desearte fuerza para perseverar en esto que hoy crees pero que a veces cuesta aplicar en medio de las vorágines cotidianas. Yo te digo que desde esta primavera de Argentina tus amigas intentaremos estar de la mejor manera durante todos los momentos... aunque más no sea para hacerte de oreja en el medio de las dificultades logística de cada mudanza...y seguramente también terminaremos aprendiendo de vos, como vos de tus hijos
Felicitaciones Marian por tus decisiones y por el crecimiento que - en todo sentido- tu familia está experimentando
abrazo fuete! te quiero!
Connie

Mariana dijo...

Anonimo: Gracias por acompanarme, quien quiera que seas y donde estes. Clari, Cony, Julie, idolas!!! Q bueno es saber q siempre estan en todos los momentos, ups and downs, y por aca lo mismo, siempre sepan q aca tienen una amiga (sea q este en Fila, La China o Bolivia o Calamuchita!)

Irma Valeriano dijo...

Mariana, es una pena para nosotros que te vayas, pero como bien lo has escrito: lo que haga feliz a tu compañero y a tu familia, no puede hacerte infeliz a ti. Vermont siempre estará aquí, entonces no es una despedida final ni mucho menos: podrás volver cuantas veces sientas necesidad de esta naturaleza bella que has descubierto y apreciado tanto porque cuentas con casa en la casa de cada amigo y conocido que hayas hecho (inclúyeme). Un súper enorme abrazo!!!

Unknown dijo...

Marianita hace tiempo no te visitaba. Me encanta tu otoño. Espero sigas escribiendo y tomando fotos siempre para que me hagas sonreir.