miércoles, 16 de marzo de 2011

Lecciones de una mudanza



De vuelta me siento a escribir luego de sobrevivir nuestra mudanza a principios del mes pasado. Nos mudamos a un lugar llamado MEDIA, si, como la media que va entre el pie y el zapato. Media queda a 25 minutos de la ciudad de Filadelfia, en el estado de Pennsilvania. Dejamos atrás nuestro querido Williston y sus montañas, en el estado de Vermont, luego de vivir casi seis años allá.

Sobreviví una vez una mudanza. Por supuesto, terminé cansada física y emocionalmente pero refresqué algunas lecciones aprendidas en movidas anteriores. Lecciones que tienen que ver con vivir la vida de una manera más simple y por eso las quiero compartir acá.

Lección número uno:

1) Mudarte significa revisar todo lo que tenés.
Mudarte es reveer todas tus pertenencias. Agarrar cada cosa que hay un tu casa. UNA POR UNA. CAJÓN POR CAJÓN. PLACARD POR PLACARD. ARMARIO POR ARMARIO. Pensalo. Si no te mudaste nunca o hace mucho que no lo haces, pensalo por un minuto.

Mirá a tu alrededor ahora.

Todo. No puede quedar nada. Ni un cable en el piso.

Al revisar cada una de tus pertenencias no solo se te desatan mil y una memoria, también te bombardean los cuestionamientos. Basicamente, después de la quinta caja, el tercer estante y segundo closet, te asalta la pregunta del millón: para qué tengo tanta porquería?

Lo triste es darte cuenta que no tenés una razón inteligente para cada huevada que guardás. Simplemente guardás.
Guardás porque tal vez se vuelve a usar en el futuro (cosa que está buena por la moda va y viene pero todo tiene un límite), guardás porque te da pena ("este souvenir que me regalaron en aquel casamiento y es asqueroso e inutil, pero me da no se que regalarlo"), guardás porque no sabés que hacer con eso ("me servirán estas maderas para armar algo algún día?" pero en tu vida clavaste un clavito), guardás porque tiene valor emocional ("es el primer baberito"), por que no lo querés tirar a la basura (totalmente válido, pero entonces hay que darle otro curso), etc., etc., etc. Y así, con esa teoría y un listado interminable de excusas, empezás a ACUMULAR.
Acumulás en el garage, en el basement, en la guardilla, en el altillo, en el ropero, en aquella biblioteca, en esta otra cómoda.
Cómoda.
Cómoda.
Creo que encuentro una connección interesante. Guardar es cómodo. Y como es cómodo, uno sigue guardando. Qué me impide guardar eternamente?

Si guardás indiscriminadamente, vas a necesitar mucho lugar, un recurso escaso en todas las casas. Si guardás mucho, te resulta difícil encontrar algo después. No sabés donde tenés cada cosa, te olvidás de lo que guardaste. Al mismo tiempo, acumulas mugre. Quién quiere limpiar? Nadie. Por último, evitas de hacer un bien regalando o vendiendo las cosas que no usas. La única excusa válida para no deshacerte de cosas es justamente esa: que alguien puede hacer algo con eso que vos tenés ahí guardado.

En definitiva, lo que aprendí es que no hay que esperar a mudarse para hacer este ejercicio y poner en práctica esta lección. Hay que estar constantemente revisando y renovando los espacios. Dejar lugar a que el aire corra. Vivir más liviano. Ser minimalista (y de paso estar a la moda). Tener un par de "souvenirs" de la vida, pero no aferrarse a las cosas. Nada nos salva de la tumba. Y ahi llegamos de manos vacías, lo único que tiene que estar lleno es el ALMA.

No pude revisar todas mis pertenencias antes de la mudanza porque, como siempre pasa, no me alcanzó el famoso tiempo. Pero en esta nueva etapa y nueva casa, me propongo revisar constantemente para no acumular. Reciclar, dejar partir, renovar. Organizar una venta de garage en la primavera. Algo fácil para poner en práctica y vivir más simplemente.

con mi amiga de la infancia Clarita, quién me ayudó con la mudanza y gracias a quién llegué a embalar todo. De esta foto sale la lección número dos, que queda para el próximo capítulo: Para mudarte necesitás ayuda

7 comentarios:

Unknown dijo...

Buena suerte en todo...eres un ser super especial y te mereces todos los regalos divinos.

Unknown dijo...

Ahh, mi marianita, yo me mude de las residencias de Tulane en New Orleans a la primera casita que compramos que un ano despues ya no existia despues de katrina, de hi a La Fayette, LA, de ahi a Shreveport, LA, de ahi a Williston,VT, de ahi a San Diego, CA y de ahi otra vez a Williston, VT y lo peor es que todavia no aprendo a andar ligera para nada!!..creo que la proxima vez que me mude, que espero sea en los proximos 2 anos, voy a andar con las mismas porquerias!!
Un besote,
Ingrid

Clara dijo...

mariuchi amiga mia,

que movimiento implican las mudanzas, uf! Y no estoy hablando del fisico eh, ese al final del dia es el menos importante. Pero como todo en la vida: todo tiene un porque y sus razones de ser. Toda mudanza es buena, siempre y cuando uno de focalize en lo que viene y no en lo quedo atras.

Besos
adorote y extrañote mucho
clari

Mariana dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Mariana dijo...

Gracias Raque, Ingrid, Clara por leer y comentar! Por uds sigo escribiendo amigas lectoras! Les cuento que hoy puse en practica la leccion. Aca estoy con una caja enorme que no abria hace anos! Tengo copias de los diarios de Rumbo en los que publique notas! Te acordas Raquelita? Vos fuiste mi maestra! Idola! Como te ame y como me cuidaste cuando el grunon de Alejandro nos reganaba! En fin, aca estoy mirando papeles viejos junto a Luci, lista para RE CYCLAR.
INGRID, ponete las pilas y hace un garage sale con los juguetes que ya no usa Sebati! Se van a divertir.
Clari, en tu proxima mudanza sere tu sosten!!

Julie dijo...

hermana, sos lo mas!
estamos aca con mama leyendo y no podemos parar de reconocer lo cierto de cada uno de tus renglones...asi es y vivimos en esta onda de renovar...los placares no dan abasto y no puede ser! hay que soltar!
te adoro y extraño
Besos, tu sister PRA

Clara dijo...

che vas a volver a escribir ?????????????????????? te extranamos !